jueves, 4 de febrero de 2010

¿QUE ES LA ANARQUIA? POR LUIGI FABRI "CUARTA PARTE"

Sin descuidar obtener de la educación todo lo que se esta en derecho de esperar de ella para elevar el nivel moral en el seno del régimen actual, a fin de que, por lo menos, una minoría de rebeldes y de oprimidos se hagan dignos de destinos mejores, los anarquistas no olvidan que es el régimen mismo el que constituye el mas grande obstáculo a la elevación del mayor numero hacia un nivel intelectual superior.
Por eso es por lo que los anarquistas se proponen. Ante todo, romper el pasado yugo de privilegio económico y político, con el fin de abrir a las mayorías los caminos a nuevas experiencias y hacer así posible para toda una educación de libertad.
Y he aquí como se diseña claramente el fin hacia el cual tienden los anarquistas concientes de lo que quieren. Es lo que da a su movimiento específico un carácter de partido.
Sin este fin expreso que todos quisieran alcanzar, las tendencias y el movimiento anarquista se dividirían pronto para fraccionarse al infinito y perderse poco a poco, absorbidos por los demás movimientos mejor organizados.
En el terreno de la propaganda, la primera condición que da valor a un movimiento es el aspecto relativamente unido, el ideal que se quiere realizar tan pronto como sea posible.
A su vez, este ideal seria estéril si no se manifestara por medio de un movimiento homogéneo y coherente o si no interpretara tendencias y aspiraciones ya latentes en la vida humana. Ahora bien; precisamente el ideal que interpreta mejor las tendencias humanas y populares a la libertad y a la justicia social, es decir, a la igualdad en la solidaridad, el ideal que es el resultado lógico de todos los movimientos tendientes a liberar al hombre de la esclavitud económica y política a la vez, es el comunismo anarquista.
Con su propaganda, su movimiento y su acción (sea en tiempo normal de evolución mas o menos pacifica, sea en el curso de una eventual revolución mas o menos violenta), los anarquistas quieren estimular el desenvolvimiento de las tendencias naturales a la libertad y a la igualdad, y eso combatiendo las corrientes, fuerzas e instituciones opuestas, a fin de llegar a establecer un organismo social del cual serán eliminadas toda coerción violenta y autoritaria del hombre sobre el hombre, así como toda explotación del hombre por el hombre.
Esta organización social basada en un consentimiento voluntario, en la ayuda mutua y en la cooperación libre, es la que daría el anarquismo.
Hoy que el comunismo (como ya en 1848, cuando fue publicado el famoso manifiesto de Marx y Engels) es practicado por una escuela autoritaria del socialismo, sin tener en nada en cuenta la natural necesidad humana de la libertad y alimentando la ilusión de llegar a la igualdad sometiendo por la fuerza a los hombres y confiando la acción coercitiva a un gobierno dictatorial, es conveniente subrayar que los anarquistas no tienen nada en común con tal comunismo.
En la socialización de la propiedad, en su organización y gestión comunista en el terreno económico, los anarquistas ven ciertamente el mejor medio para producir mas con un mínimo de esfuerzos, pero asegurando a todos y a cada uno el máximo de la liberta, por que será imposible llamarse libre tan largo tiempo como no se pueda satisfacer en la medida de lo posible todas las necesidades materiales y espirituales.
Pero no tiene intención de imponer tal sistema por la fuerza, ni que este sistema le sea impuesto a otros, No; subordinan su puesta en practica a la persuasión y a la aceptación de todos los que deberán colaborar a hacerlo posible.
Un comunismo impuesto desde arriba, un comunismo de Estado, los anarquistas no lo creen posible, y aunque lo fuera, no querrían ni podrían soportarlo.
El capitalismo y el estado no serán ciertamente eliminados sino por la fuerza y por medio de la revolución; pero la fuerza o la violencia pueden destruir, pero no construir. Pueden ser útiles para demoler las instituciones peligrosas y para vencer la violencia gubernamental que se opone a los innovadores. Sin embargo, cuando se trata de construir el nuevo edificio, el pico es inútil: es preciso encontrar otra cosa.
En lo que concierne ala reconstrucción social, los anarquistas tienen su programa, del cual hemos hablado mas arriba, pero, para su puesta en práctica, no cuentan sino con ellos mismos y con los que se colocaran de su lado. En lo que se refiere a la aprobación general, no tienen confianza más que en la propaganda, en la persuasión y en la libre experiencia; es decir, más que en la eficacia del ejemplo, que ellos se prometen dar organizado las comunidades sobre bases socialistas y libertarias.
Si la revolución encuentra o determina un vasto movimiento favorable el desenvolvimiento de la anarquía, eso será perfecto. En caso contrario, los anarquistas no trataran de imponer por la fuerza su régimen a los demás, se limitaran a reindinvicar para ellos la libertad de acción con el fin de poner en practica, donde y como puedan, en las regiones, en los municipios, en tales o cuales corporaciones, instituciones o agrupaciones, en las que serán numero suficiente, el comunismo libre, a condición, ni que decir tiene, de salvaguardar, por medio de pactos recíprocos, los intereses superiores de la comunidad consistiendo al cambio de los productos y participando, en caso de necesidad, en la defensa de la revolución.
La asociación para la existencia y para la lucha continuara siendo la ley de la vida, sea en el seno de cada comunidad, sea entre comunidades diversas y lejanas, con los desenvolvimientos que el progreso material y moral adoptara. Como el individuo no puede alcanzar más su amplia libertad sino a través de la solidaridad humana (por que sin la solidaridad el hombre seria aun el salvaje de las cavernas, el esclavo de su ignorancia y de su brutalidad) no puede existir mas que la verdadera solidaridad humana de los hombres libres.
El modelo de organización coertiva es la de hoy, la cual. Por medio de lazos políticos y económicos antihumanos, mantiene en pie una sociedad indigna de este nombre: pero, a pesar de las apariencias, no acierta en unir los hombres y los corazones. Estos se buscan y se entienden independientemente de ella, a despecho de los innumerables obstáculos que encuentran en su camino. La ausencia de la libertad no impide la solidaridad.
Solidaridad y libertad son, pues, insolubles en la concepción y en la puesta en practica de una sociedad humana realmente fraternal. Por las mismas razones y de la misma manera, son indisolubles (siendo uno la integración del otro) el comunismo y el anarquismo, que, en el terreno practico de la reconstrucción social, corresponden respectivamente a los dos principios de solidaridad social y humana y de libertad individual y colectiva.